Inolvidable concierto de James Maddock, Brian Mitchell y Antonio Hernando

  Emociona mucho cuando descubres que no estamos huérfanos. Como sabéis, la dictadura de Franco nos apartó de vivir acontecimientos tan importantes como el nacimiento del rock y, después, a finales de los sesenta, su eclosión, evolución y revolución. Mientras en el mundo se respiraba esta nueva libertad, nosotros permanecíamos escondidos. Nuestros músicos apenas tenían referencias y sorteaban, como podían, la censura. Fuera de nuestras fronteras iban naciendo canciones que se convertían en himnos de varias generaciones. Una de ellas, en 1968, fue “The Weight”, el gran éxito de “The Band” (bautizados así por ser “la banda” que acompañó a Dylan en sus giras norteamericanas y europeas). “The Weight”, que se traduce como “la carga” y se refiere a la culpa, habla por fin de vivir sin remordimientos porque es imposible hacer el bien a todo el mundo. Una melodía que une, que perdona, que cura, que salva y que, como decía al principio, emociona saber que está basada en las películas de Luis Buñuel. Sí, gracias a la influencia del genial cineasta español, no estuvimos tan abandonados ni fuimos tan huérfanos.

concierto de James Maddock y Brian Mitchell

   “The Weight” fue la celebrada versión que, el pasado 2 de junio, hicieron James Maddock y Brian Mitchell como primer bis de un concierto inolvidable en la sala “Fun House” de Madrid. No es extraño que eligieran dos temas de “The Band” para terminar porque Mitchell fue el pianista de Levon Helm, el mítico vocalista de “La Banda”. En este emocionante final hicieron subir a Antonio Hernando y los tres, más que interpretarla, la rescataron de su alma, la transformaron en aliento y nos inyectaron su energía. De esta manera, Hernando cerraba el ciclo y le daba a “The Weight”, también, un término español a ese comienzo de Buñuel.

   Sin embargo, antes de todo este huracán pasaron cosas muy interesantes. Antonio Hernando presentaba nuevos temas y empezaba, precisamente, con “Antes del huracán”, una canción con una personalidad arrolladora que demuestra que hay otra preciosa vida tras “La Liturgia Eléctrica”, el último álbum de este prolífico artista y el que más satisfacciones le ha dado. Solo con su guitarra acústica de la que decía que aún la está domando, generaba muy buen rollo con “Debe ser así” y desmentía sus propias palabras haciendo una vertiginosa progresión de cuerdas en “Saturno devorado”.

  Antonio Hernando, además de ser un magnífico compositor y un músico excepcional, no parece haber sido huérfano y sabe tanto de rock que, incluso, da la sensación de que lo ha vivido. Sus canciones suelen mostrar esta cultura y, así, nos contó y cantó “La última carta de Jim Croce”, real y emotiva historia de este cantante estadounidense. Después, pisaba el acelerador y su folk rock se volvía más humano y rebelde por culpa de “Caballero andante” y la ardiente “Estás en el menú”. Las nuevas obras en letra y música del cantautor jiennense nos conquistaban y, con una deliciosa melodía de harmónica, nos recordó que somos “Material sensible” antes de acabar como tenía que acabar, con su pegadizo hit, con el rompedor rock and roll que le compuso a su mujer y que, ahora, nos pertenece a todos: “Meri Moon”.

   Menos mal que pudimos disfrutar del enorme concierto que nos dieron dos gigantes de primer nivel como James Maddock y Brian Mitchell. Lo cierto es que la actuación peligraba porque Brian sufrió una infección, no podía andar bien y, para colmo, algunas calles estaban cortadas por la celebración de la decimoquinta champions del Real Madrid. No obstante, un atractivo héroe anónimo que había llegado antes para enterarse bien de todo porque tenía que escribir esta crónica que estáis leyendo, acudió al rescate de los músicos y los trajo sanos y salvos a la sala. De esta manera, dos historias vivas del rock subían a las tablas de la “Fun house” y, de forma deliciosa, interpretaban el “Music in the Stars”, nos impregnaban del mejor country rock con “Another life” y nos terminaban de enamorar en la suprema elegancia de “Beautiful Now”. Tres canciones de James Maddock que, en su atractiva voz rasgada, se alojan directas en el corazón.  Brian Mitchell que, hasta el momento, adornaba al piano con magia las obras de su amigo, tomaba el mando y su rhythm and blues nos cautivaba. Una leyenda con cinco premios Grammy ganados por sus trabajos con el mencionado Levon Helm más B.B. King o Les Paul y que volvería a encandilarnos esa noche con otros dos blues propios.

 La piel se erizaba con la balada “Better on my own” y, luego, todos coreamos uno de los temas más célebres de Maddock, su “Keep your dream”. Disfrutamos de la composición que abre su último álbum, “Night Work”, que se llama “Runaway” y de la sublime “Waiting on my girl”, el hit de su trabajo de 2020 “No time to cry”.

   James Maddock y Brian Mitchell intentaron dar fin a su espléndido recital con una nueva, la maravillosa “Lavender Blue”, y con una clásica, la pegadiza “When the suns out”. Sin embargo, el público no estaba por la labor de terminar la fiesta y fue entonces cuando volvió a subir al escenario Antonio Hernando. Entre los tres nos conmovieron versionando dos canciones de “The Band”: La referida e inolvidable “The Weight” y “Ophelia”.

   En definitiva, un concierto brillante en el que los músicos, además de desplegar su enorme talento, nos transmitieron mucho sentimiento, nos abrieron su corazón, nos mimaron con tanto cariño que parecían nuestros padres y, como ya sabéis, emociona mucho cuando descubres que no estamos huérfanos.

Esperamos que os haya gustado la crónica del concierto de James Maddock y Brian Mitchell. Os recomendamos otro contenido de interés:

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