Después de haber tenido la suerte de ver en directo a estas leyendas del rock y escuchar como parte de su repertorio algunos temas de anticipo del nuevo álbum, me quedé con la intriga de ver qué podía dar de sí una banda con tantas décadas a sus espaldas y con miembros de edades tan avanzadas. Poco después, su nuevo disco – el vigesimotercero nada menos- ya está disponible, así que aquí está la reseña de =1 de Deep Purple.
Las viejas glorias se niegan a morir
Este nuevo disco de Deep Purple está compuesto por 13 temas. La formación actual con la que han grabado es Ia compuesta por Ian Gillan, Roger Glover, Ian Paice, Don Airey y Simon MacBride, siendo los tres primeros miembros clásicos de la banda, el teclista Don Airey la penúltima pero ya lejos de ser nueva incorporación en lugar del fallecido Jon Lord, y Simon la más reciente de todas ellas, sustituyendo como guitarrista a Steve Morse.
Este disco está producido por Bob Ezrin, un famoso productor que ha trabajado con Pink Floyd, Alice Cooper o Kiss entre otros. Comenzaré la reseña de =1 de Deep Purple precisamente por aquí, diciendo que, en mi opinión, el trabajo realizado en este sentido es estupendo, bien equilibrado y con una sonoridad con gusto clásico y toques más modernos.
Por lo general soy de los que piensan que una banda tiene que saber retirarse con dignidad antes que repetir lo mismo hasta la extenuación. Pero lo cortés no quita lo valiente. Todos los componentes son unos músicos increíbles y el resultado es un buen disco de hard rock con otras influencias como toques de rock progresivo y blues.
Además, considero que el guitarrista Simon McBride aporta «juventud» y frescura. No debe ser fácil encontrar tu sitio en una banda histórica y encima imprimir tu huella, pero creo que él lo consigue. Es más, diría que de alguna forma logra influir en el resto de la banda dándoles nueva vitalidad y sacándoles en ocasiones de la zona de confort. Destacaría en especial el buen dúo que hace con Don Airey, que queda reflejado en los diálogos entre sus respectivos instrumentos a lo largo de los temas que componen el disco.
Respecto a la voz de Ian Gillan, poco se puede decir. Es obvio que a su edad no puede llegar a esos tonos agudos que alcanzaba en su juventud. Sin embargo, sigue siendo una buena voz, y esa carencia se compensa con una enorme capacidad melódica y un manejo excelente en el resto de registros. En cuanto a la sección rítmica formada por bajo y batería, también están brillantes en su papel.
No os voy a engañar. Si esperáis encontrar en =1 un disco innovador, atrevido y fresco, mejor que no le deis al play. Lo que vais a encontraros es la esencia de Deep Purple con algunos toques más modernos. Y eso ya es garantía de un rato muy disfrutable con joyitas como «Sharp Shooter», «Pictures of You» o «Now You ‘Re Talkin'». Finalizo con una recomendación personal: Este es un disco para disfrutar con calma, dándole al menos un par de escuchas relajado y centrado solo en ello.
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