Cuatro años después del último anuncio de retorno y más de una década desde su última actuación, Sugarless empuña sus raíces para volver a la superficie bajo el nombre de «S». Queríamos estar allí y hoy os traigo la crónica de S en Madrid.
Este viernes 7 de febrero de 2025, bajo la lluvia de un atardecer temprano de invierno, en el centro de la capital, comienza a llenarse sin prisa la Sala Independance.
Dentro del club hay gente de diversas edades, y principalmente, lo que parecen seguidores de antaño. Risas, charlas, expectación… durante el previo, al fondo, el logo rojo ilumina las caras de los asistentes y parte del escenario como una llamada de aviso. Y por fin, tras años de espera, se vuelven a escuchar en directo las primeras notas de “Cometelamía”, con Frankie a la guitarra, Samuel a la batería y Dani “Heimdall” al bajo.
Después de regodearse la banda en el comienzo, y saboreando los últimos segundos de espera que venían fraguándose desde el anuncio de su vuelta, aparece Samy en el escenario -micrófono en mano- para terminar de modelar la pieza: observar un lago de cabezas, cruzar miradas, susurrar con mesura la estrofa y soltar el primer grito de la noche con el estribillo.
Desde ese momento, todo el concierto fue rodado. Los componentes de “S” (Sugarless) saltaron adelante y atrás en el tiempo para tocar las canciones más emblemáticas de toda la discografía (desde el 2000): Asegúramelo, Más Gas y Vértigo. Sin olvidar “Reacción en cadena”, debút de la nueva época de la banda.
El ambiente fue fresco y enérgico en todo momento, algunos títulos dieron comienzo de golpe sin previo aviso, otros iniciados por uno u otro integrante. No faltaron reclamos sociales, con referencias políticas directas, siempre en relación al tema venidero. Los agradecimientos y las sonrisas hacia el público se mantuvieron constantes a lo largo de toda la noche. “Gracias por esperarnos” añadió Frankie antes de cerrar. Sin duda, no pocas personas lo han hecho y demostraron las ganas allí con su sudor.
La sala estaba llena de camisetas de Sugarless, pero también de otras bandas variadas como Nirvana, Metallica, Rage Against the Machine o Desakato y todas bailaban al unísono. Desde la primera fila se podía sentir cómo poco a poco el ambiente estallaba en un baile casi conjunto, balanceos, saltos, chillidos y un “seudopogo casi funky” que -me atrevería a decir- surge solo a veces y con cierto tipo de géneros y ambientes. Mirar hacia atrás hacia el resto de la estancia era ver una ola de gente liberando energía, cánticos, y sonrisas de reencuentro con algo que claramente echabas de menos.
Dentro de la esencia propia y única de la banda -y como pista para quien tenga aún pendiente su escucha- las reminiscencias de Rage Against the Machine, Chilli Peppers e incluso Primus volaban sobre el ambiente y hacían casi imposible no agitarse y agradecer escuchar de nuevo “QueBolá”, “Gigante”, “No”, “Un día perfecto” o la nueva “Reacción en cadena”.
El público acompañó a Samy -que no paró de danzar durante todo el concierto- cantando a pleno pulmón temas como “Abre tu sonrisa”, “Guantánamo”, “Pollo al Ajillo” o “A las armas”, y literalmente explotó con las finales: “Asegúramelo” y “Más Gas”, haciendo que el vocalista terminara flotando en un par de ocasiones por encima de docenas de manos.
Conclusiones de la crónica de S en Madrid
Desde la primera fila, no se podría poner pegas al sonido de la música: cristalino, claro y contundente, salvo por un poco de dificultad para comprender los discursos hablados. En cuanto a la organización, fue espectacular exceptuando un pequeño altercado al final del show debido a las malas formas de uno de los guardias de seguridad -caso aislado- con los fans y con la propia banda. No obstante, esto no aminoró las buenas vibraciones, que se mantuvieron en el aire a las puertas de la Independance después del final.
El pasado viernes en Madrid, los integrantes de S, continuación de Sugarless, estuvieron cerca de dos horas rememorando el pasado y a su vez proyectando a futuro.
Llegado este punto pierde sentido preguntarse qué habría sucedido con la composición inicial, pero se puede asegurar que los gritos, el sudor y la complicidad vividas esas horas han hecho que la espera, sin duda, merezca la pena, y dan un anuncio muy esperanzador sobre lo que está por llegar: esto es solo el principio.
Espero que os haya gustado la crónica de S en Madrid, y os dejo con otro contenido de interés:
- Episodio 3 de nuestro podcast Rock y otras drogas en iVoox y en YouTube.
- Entrevista a Rulo de Rulo y la contrabanda.
- Reseña de Lovecraft de Legado de una Tragedia