A estas alturas, parece complicado que se produzca un cambio hacia una sociedad más feliz. Sin embargo, a veces ocurren pequeños milagros que nos hacen tener esperanzas. Corría el mes de septiembre del 2018 cuando tuve que cubrir un directo de una banda que no conocía en un local de Leganés. Al llegar al lugar, descubrí que no era una sala de conciertos al uso sino un pub irlandés donde tomar unas cervezas mientras escuchas de fondo música en vivo. Nadie miraba al escenario pese a que se acercaba la hora del comienzo. Delante de mí, una pareja discutía. Ella le apuntaba con el dedo mientras lo acusaba y él negaba con la cabeza. Atrás, en la barra, dos hombres parecían dispuestos a emborracharse. Dando la espalda a los músicos, no se movían ni un centímetro para conservar ese privilegiado espacio cerca de los camareros. El resto de la concurrencia estaba sentada formando aburridos grupos de tertulia. Así, con ese ambiente, me compadecí del desconocido grupo que estaba a punto de actuar. Entonces, The Buyakers entró en acción y, a partir de la segunda canción, todo era diferente. La gente se levantó para bailar y las risas, provocadas por las ocurrencias de los músicos, retumbaban. Esos novios que antes reñían, ahora saltaban juntos cogidos de la mano y los dos borrachos que no se despegaban de la barra, estaban aclamando a los artistas desde la primera fila. Eso sí, sin poder aplaudir porque, por supuesto, llevaban en la mano el quinto cubata de la noche. Esta impresionante transformación fue capitaneada por un auténtico showman: Sergio González “Suko”.
- Oye “Suko”, tengo entendido que de niño dibujabas cómics, que escribiste una obra de teatro con 14 años y un musical con 17. Sabemos que eres colaborador de “El Hormiguero” pero, desde hace más tiempo, también uno de sus guionistas. Has dirigido cinco cortometrajes bastante premiados, has escrito un libro muy vendido junto a Daniel Fontecha, eres cómico monologuista y, por supuesto, el compositor, cantante y guitarrista de los “Buyakers”. Sí, has desarrollado casi todas las disciplinas artísticas y, por este motivo, supongo que nuestros lectores se están haciendo esta pregunta: ¿qué tienes en contra de la escultura?
- (Risas) A ver, yo creo que me dedico al arte sencillo porque hay dos que me parecen de héroes que son pintar y esculpir. Cuando veo a gente pintar al óleo lo flipo porque pienso: yo no tendría tanta paciencia. Elijo cosas de tener poca paciencia. Dibujo algún cómic y cuando me canso, ya está. Aunque, bueno, no lo descarto. A lo mejor luego, cuando me jubile, después de echarme una partida al dominó con una cervecita, me empieza a gustar la escultura. Pero por ahora, eso se lo dejo a la gente con paciencia.
- Ahora te encuentras especialmente involucrado en una gira de monólogos junto al cómico Daniel Fontecha con el que escribiste un libro que ridiculiza a los bestseller de autoayuda y que se titula “Si luchas por lo que quieres no lo vas a conseguir… ni falta que hace”. Cuéntame un poco, ¿qué respuestas os está dando el público?
- La gira va muy bien porque… te explico. Antes de ser guionista y de colaborar en televisión, tanto Dani como yo éramos cómicos. Pero cómicos de los que se patean toda España. Nos valía todo. Cualquier lugar, cualquier fecha… porque, al final, eso es lo que nos daba dinero . Yo llevo doce años haciendo monólogos y, cuando empecé a hacerlos, ya sabía que lo que yo quería era ser guionista de tele. Sin embargo, entrar en el mundo de la televisión es muy difícil. Entonces, una amiga mía, Marta González de Vega, que es una gran guionista, me dijo que la mejor manera de saber si mis guiones funcionaban era haciéndome monologuista porque la aceptación o el rechazo de lo que escribes me lo diría el público. Así fue cómo empecé en el mundo de la comedia que al principio fue súper complicado. Yo aún estaba estudiando, había que pagar el alquiler, el móvil, la luz… y, para ello, tenía que coger todos los bolos que me salían. Recuerdo que me sentaba para hacer cuentas y decía: pues este mes necesito cinco actuaciones más. Claro, a lo mejor te ibas un viernes a Vigo y, al día siguiente, a Murcia. Tenía que dormir dentro del coche en alguna gasolinera y sufrir muchas estrecheces pero, aún así, ese mundo nos encantaba. Entonces ahora, estoy divirtiéndome muchísimo en estas giras porque, aunque no quiero que suene pretencioso, en realidad, no hacen falta. Ya tengo mi trabajo, puedo pagar mis facturas y, ahora, es cuando estoy disfrutando plenamente de la comedia. Es algo que hago con un amigo, que nos apetece hacerlo y que lo hacemos con la tranquilidad y alegría que, después de haber luchado tanto y de haberlo hecho por supervivencia, se agradece enormemente.
- Tu más conocida y principal actividad es la de colaborador del divertido y original programa de Antena 3 “El hormiguero”. Es curioso porque, con tu actual personaje dentro de ese espacio televisivo, “el espía tecnológico”, por fin ejerces un poco de lo que estudiaste que fue ingeniería informática. Además, eres guionista y coordinador de guiones. ¿Nos puedes adelantar alguna novedad de lo que veremos en la próxima temporada?
- En “El Hormiguero” llevo ya 8 años y es una gran suerte estar allí y aprender de gente maravillosa gracias a Pablo Motos. Pablo es un tío que confía estrepitosamente en cualquier persona de su equipo. Yo entré haciendo unas prácticas de realización audiovisual pero no había hueco y me metieron en producción como encargado de Wallapop. Sí, era curioso porque había que vaciar los armarios después de tantos años y decidieron poner a la venta los artículos que habían salido en el programa. Tuve que inventariar muchos almacenes y hacer miles de fotos. Tenía que publicar 1500 anuncios y, como quería ser guionista, fui cuco y subí cada anuncio con un chiste diferente relacionado con el artículo.
- ¡Qué barbaridad!
- Sí, pero conseguí que la coordinadora de guión viera los chistes y le encantó. Entonces, cuando acabé mis prácticas, la gente de producción quería que me quedase con ellos, los de realización también me querían porque, después de mi trabajo con wallapop, me iba siempre hasta las 11 de la noche para ver cómo hacían el programa y les ayudaba y me involucraba y, claro, la jefa de guión también quería que me quedase. Así, un día me cogió Pablo y me dijo “mira, a mi todo el mundo me dice que eres buen trabajador, buen compañero y buena persona, ¿qué quieres tú?”. Yo le dije que quería ser guionista y que, si quería, hacía alguna prueba. Y él me respondió “no hace falta. A escribir buenos guiones vas a aprender aquí. Lo de ser buen trabajador y buena gente ya lo traes de casa y eso es lo que me vale”. Y esa es la filosofía que mola de “El Hormiguero”. Que todo el mundo está haciendo lo que le gusta, que todos aprenden y todos son felices. Allí no escuchas un grito y todos trabajamos contentos. Yo creo que eso repercute en la originalidad, en la fuerza y en la espontaneidad que tiene el programa. Luego, con lo que me preguntas, cuando hacemos reuniones sobre las novedades de sucesivas temporadas, una vez llegué y propuse hacer una sección sobre peligros tecnológicos y fraudes por internet e, incluso, di nombres de personas entendidas que podrían llevar la sección. Sin embargo, Pablo dijo que lo hiciera yo y por eso soy “El espía tecnológico”. Y bueno, para la temporada que viene tenemos muchas sorpresas pero no te puedo desvelar nada porque me crujen (risas).
«En El Hormiguero todos trabajamos contentos y eso repercute en la originalidad, en la fuerza y en la espontaneidad que tiene el programa»
- Vamos con lo que nos gusta en «Rock for Everyone», la música. Eres el líder de una Big Band manchega muy genuina que mezcla estilos como el swing, el blues o el reggae. Una banda con cuatro álbumes, uno de ellos en directo, y que ha ganado concursos como el Viña Rock. The Buyakers tiene letras ingeniosas regadas con humor, melodías trabajadas, arreglos sorprendentes y, sobre todo, un directo en el que se transmite una energía renovadora y radiante. Háblanos de vuestros futuros proyectos.
- The Buyakers, al final, es una banda de 8 músicos con la pretensión, sobre todo, de pasarlo bien. Ya no somos niños de 15 años que empiezan a ensayar en un local con la idea de reventarlo en el mundo musical. Lo que queremos es tocar e intentar que la gente lo disfrute. En mi opinión, la música, como la comedia, debe servir para evadir de los problemas y nosotros, ya que no vivimos de esto, al menos debemos divertirnos. Esa es nuestra filosofía: viajar y echarnos un montón de risas. Con los años y las tablas de escenario, lo vamos consiguiendo. Intentamos mezclar muy bien la comedia con la música para lograr un espectáculo más completo y que la gente, cuando nos vea, pues lo que dices tú, que sea algo renovador. Después de la pandemia volvimos con mucha fuerza, hicimos varias giras para recuperar nuestro recorrido. Habíamos ganado certámenes internacionales como el Viña Rock y otros como el Juergas que nos situaron un poco en el mapa a un nivel bajito porque esto es muy difícil pero, bueno, sí que logramos hacernos, poco a poco, un nombre. Ahora, yo creo que merece la pena ir a nuestros conciertos o escuchar nuestras canciones. En el próximo futuro nos toca sentarnos a trabajar, estamos componiendo temas nuevos y, durante el último trimestre del año y el primero del siguiente, iremos lanzándolos mes a mes hasta que podamos formar con ellos un nuevo material discográfico. Además, The Buyakers cumple 15 años y va a hacer 5 años de nuestro concierto sinfónico. Por este motivo, lo vamos a celebrar con una serie de conciertos sinfónicos de noviembre a enero en algunos teatros, sobre todo de La Mancha, aunque también queremos hacer uno en Madrid. Empezaremos en nuestra tierra, Puertollano, siempre junto a la muy premiada AMC Banda de Música de Puertollano que es un grupo joven que aporta alegría, fuerza e ideas, no solo clásicas. Son tan buenos tocando que tenemos muchas ganas de hacer estas galas.
«La música, como la comedia, debe servir para evadir los problemas»
- Bueno Suko, no quería terminar así pero todo no puede ser positivo. En mi opinión eres un genio y, como tal, a veces también haces unas estridencias que, en este caso, han entristecido a casi todas las mujeres y a muchos hombres. Sí, este verano te has casado.
- Me he casado, sí señor. Pero no creo que haya dejado a nadie muy triste (risas). Yo he sido siempre muy vergonzoso, no he ligado bien nunca. Yo soy como el pescado este… ¿cómo se llama? La panga. Ese que no quiere nadie. Pero mira, al final, me he casado sí y estoy súper contento. Estoy muy feliz con Diana. Diana es la gran suerte de mi vida. No es fácil, con todo lo que hago yo… entre la tele, los monólogos, el cine, la música, pero ella lo aguanta muy bien y no sólo eso, Diana ha conseguido que de todo esto que hago, mi afición más bonita sea pasar tiempo con ella. Ha conseguido que lo que más me apetece sea ella.
- Pues me alegro muchísimo que hayas dado en la diana.
- Y yo que a Diana le guste la panga (risas)
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Sergio González “Suko” es un virtuoso y polifacético cómico que se ha especializado en hacernos sentir bien, en la risa limpia y blanca, en la música bien hecha que agrada, en el ingenio innovador y en la creación de una energía renovadora que te ayuda a continuar avanzando. En consecuencia, se trata de un artista muy necesario en nuestra vida si tenemos en cuenta que, a estas alturas, parece complicado que se produzca un cambio hacia una sociedad más feliz.
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