El pasado 14 de diciembre tuvo lugar la segunda edición del festival Girls N’ Boys en la Sala Maravillas, esta vez con un tinte de música americana. Como benefactora la organización Mujeres Olvidadas, que busca el reconocimiento de mujeres en filosofía y otros ámbitos en los que han sido enterradas u olvidadas.
El concierto comienza con Tangerine Flavour, un trío formado por tres guitarristas y cantantes que nos acompañaron durante el primer cuarto de la velada, tocando temas sencillos pero conmovedores y acompañando a otras cantantes que se subieron a tocar algunos temas. La disposición de instrumentos era esencialmente guitarras electroacústicas y voces, dando una sonoridad extremadamente acústica e íntima, muy acertada para el ambiente. Debo decir que este concierto fue de un estilo algo asonante a mi particularidad musical, dejándome fuera de lugar. Pero eso no implica que no pueda gustarme y hasta pueda añadir algo.
Dicho esto, esta primera hora fue un continuo subir y bajar de artistas entre canción y canción, en su mayoría las cantantes, que fueron acompañadas por la susodicha Tangerine Flavour, dejando los temas que tocaron casi impolutos. Me llamó especialmente la atención la belleza de las voces de todos los músicos que se subieron al escenario y su capacidad de armonizarse entre ellos e incluso improvisar algunos fragmentos inesperados. Sin embargo, me faltó algo de variación en las texturas de las canciones y en la potencia, pues todas sonaban muy uniformes para mi gusto, entre ellas Rebeca García.
Después de esta rueda, comenzaron las presentaciones de las bandas, o los fragmentos que pudieron venir. La siguiente en subirse fue la banda Éclaire, de la cual solo pudo venir su vocalista. Cantó temas variados de sus discos «The Year of the Cat” y “Meaw” que sonaban más potentes y rompieron la uniformidad establecida anteriormente. Esta me gustó especialmente por lo directas y rítmicas que eran las canciones musicalmente, con acordes extendidos y ritmos pegadizos, que relucían más aun por ser la única en el escenario de momento. Al final no estuvo sola en el escenario ya que dos de los integrantes de Tangerine Flavour la acompañaron.
Tras Éclaire, se suben Las Chicas de Ayer, de las que pudieron venir dos de las integrantes. Tocaron canciones propias con un características muy poperas para mi gusto, con ruedas de acordes muy familiares y ritmo más lento. Ademas, volvieron a ser acompañadas por Tangerine Flavour, dándonos una clase magistral de coordinación entre bandas.
Seguidamente su subió Susan Santos junto con Tangerine Flavour a enchufar la guitarra eléctrica y sacar el cajón para tocar un blues y desengrasar la maquinaria que nos iba a mostrar Susan. Tras este sencillo blues (no me gusta el blues, así que se me hizo eterno), los chicos se bajaron del escenario para dejar a la guitarrista mostrarnos todo su potencial. Tocó varios temas propios con interesantes y marchosos riffs de tinte blusero adornados por una mano derecha percusiva que hacían de sus canciones un nuevo mundo para este concierto. También se notó la diferencia de velocidad y, sin dar en ningún momento sensación de egocentrismo, el paladar melódico que conseguía enganchar entre tales fragmentos y la riqueza en afinaciones y armonías que puede llegar a conseguirse con el blues. Sin duda para mí, la más recomendada.
También se subió al escenario un violín eléctrico manejado por Irene Garmtz mostrando su talento al compás de la melodía marcada por Pablo de Tangerine Flavour, con un crescendo muy bueno.
Volvió el trío original que presentaba el festival, los chicos de Tangerine Flavour subieron para terminar de mostrar su maestría con una mezcla entre silbidos, guitarras, armónica y voces.
Después de esto se subieron al escenario casi todas las artistazas que acudieron dicho día, pues algunas tuvieron que irse antes. Y una vez todos en el escenario cantaron/tocaron cada una con su instrumento una versión de «Can´t You See» de Marshall Tucker Band en la que de forma ingeniosa los «Na naa» de «Hey Jude» de los Beatles.
Y por último y no por ello menos importante esta edición se realizó como hemos dicho antes a favor de la asociación Mujeres Olvidadas. Su viaje comenzó en la facultad de filosofía y letras de la Universidad Complutense de Madrid donde se conocieron, su labor es importante pues buscan referentes fuertes e intentan rescatar a filosofas y a literatas contando con mujeres del mundo de la política y de la música.
Ellas son sin lugar a dudas un ejemplo, pues en mi opinión la historia se ha tragado a muchas personas de gran ingenio y avanzadas a su época que, por la desgracia que sea han quedado relegadas a un segundo plano o ni a eso, y lo que considero peor, el olvido, tanto en las artes, como en las ciencias.