Llegados de Nashville (EE.UU), Inferi ha mostrado su versatilidad a la hora de producir death metal técnico a su propia manera desde 2006. Revenant (2018), recién salido del horno, es el último álbum de esta banda y ha superado las expectativas del predecesor The Path Of Apotheosis (2014).
Para comenzar, me gustaría hablaros de la energía de este álbum, de sus dinámicas y de su tinte general. Revenant es otra obra de death metal que con su velocidad y agresividad en los riffs, pero especialmente en la batería, nos da el empuje suficiente como para disfrutar de una potencia saturada que no nos dejará con ganas de más. Esto se dosifica con perfectos interludios melódicos que rompen la monotonía que suelen causar obras de este género. La batería, con continuos fills llenos de docesillos (algo así como: demasiado rápido para distinguir qué está pasando), blast beats (enlace a un vídeo demostración) y desbordante doble pedal, nos transmite esta potencia tan técnica sin espacio para la relajación. El sonido elegido para este instrumento es corto y clickeante, reduciendo muchas veces la cola del sonido para no crear barullo molesto, algo muy necesario para poder distinguir lo que está haciendo a tales velocidades pero quitándole potencia a las poquísimas partes donde toca algo más lento.
Pero no es por esto por lo que esta obra destaca, todo lo contrario. Este es solo un ejemplo de su estándar de calidad. El resto de instrumentos no se quedan atrás, las guitarras contienen riffs agresivos del estilo clásico de death metal técnico y melódico que me recuerdan a Allegaeon, Children of Bodom o Hypocrisy pero intercalados con extensos solos y armonizados al estilo de los más grandes maestros de la guitarra como Paul Gilbert o Yngwie Malmsteen, todo sin perder la técnica y velocidad de un álbum de death técnico. La mezcla de melodía y “feel” de estos solos junto con la técnica definitivamente es una de las razones por las que este álbum destaca entre el resto. A diferencia de clásicos como Origin o Necrophagist, estos tienen una estructura mucho menos disonante, sin ser pretencioso, y por tanto más natural. El bajo no es el instrumento más destacable en Revenant, sin embargo han conseguido darle mucho espacio dejándole hacer melodías y algunos solos además de ser perfectamente audible en la mezcla, lo cual siempre se agradece. Sin embargo, se nota la falta de compenetración con las guitarras posiblemente debido a que es un nuevo integrante.
Las voces en este álbum me resultaron llamativas y hasta desagradables en un primer momento debido a su prominente voz aguda, al estilo black metal, pero más rasgada que en su predecesor The Path Of Apotheosis, algo no tan común en el género. A pesar de esto cuadra bien para ser más entendible y poder escuchar la historia que se basa en Los Nueve Ciclos del Infierno de Dante. A todos estos instrumentos hay que añadir la constante orquestalización con violines sintetizados y otros instrumentos que le dan un toque muy épico y ayudan a dinamizar el normalmente monótono sonido del metal pesado. Además, están muy bien complementados con las melodías de las guitarras y los solos que le dan un carácter casi sinfónico, por lo cual puede parecer acercarse tanto al black metal. Por último, la producción del álbum es casi perfecta. Todos los instrumentos suenan nítidos exceptuando que a veces la voz tapa a los demás instrumentos o la orquesta está demasiado alta, tapando al principal conductor, que es la guitarra. También le falta un poco más de dinamismo a la producción que la compresión ha debido eliminar, lo cual le daría muchísimo juego a una obra como esta.
En sí es un álbum que supera todo lo lanzado de death metal técnico de este año y se acerca mucho a otras bandas como Cytotoxin o incluso Obscura, aunque solo en grandeza. Se nota que el género se encamina a obras mucho menos caóticas y disonantes para adentrarse en obras de excelencia no solo técnica, sino de composición. En definitiva, está hecho para ser oído en casa con atención al detalle y dejarse impregnar por el o para ver en directo y dejarse llevar por la potencia y agresividad de este gran género que no para de evolucionar.
Las fotos nos las han prestado los chicos de The Artisan Era.
Escrito por Defts.