Sexto álbum para la banda de death metal sinfónico procedente de Italia. Fleshgod Apocalypse vuelve cinco años después de Veleno con una obra que intenta llevar su sonido a lugares incluso más extremos. ¿Lo han logrado? Esta es nuestra reseña de Opera, el nuevo disco de Fleshgod Apocalypse.
Así suena Opera, el nuevo disco de Fleshgod Apocalypse
La banda italiana se ha convertido en los últimos años en uno de los mayores referentes a nivel mundial del death metal melódico y sinfónico. Combinando voces brutales y blastbeats con alucinantes arreglos orquestales, Fleshgod Apocalypse ha ido creciendo poco a poco dentro de la industria, hasta colocarse en una posición de altura. Pero ya se sabe que, cuanto más se sube, más grande será la caída…
Precisamente, quiero empezar la reseña de Opera hablando sobre una caída, concretamente el incidente que Francesco Paoli sufrió hace unos años en la montaña, y que sirvió de inspiración para la temática de este disco. Atendiendo a la particular tradición de la música italiana, el trabajo está dividido en diferentes actos, comenzando por la preciosa intro Ode to Art, donde la voz de la soprano Veronica Bordacchini es absoluta protagonista.
La belleza de la brutalidad
La acción se abre con I Can Never Die, toda una declaración de intenciones por parte de la banda. Los potentes riffs elevan la brutal voz de Paoli en las estrofas, dejando que sea de nuevo Bordacchini quien se luzca en el estribillo. Desde aquí ya podemos comprobar que el “nuevo” fichaje a la batería, el ucraniano Eugene Ryabchenko, es una verdadera bestia parda. Este es su primer disco de estudio con los italianos, con los que lleva ya cuatro años, y se nota que la banda sabía lo que hacía cuando lo reclutó, después de ver varias de sus canciones versionadas por el talentoso batería en Internet.
Pendulum, el primer single de este disco, baja un poco las revoluciones para meternos de lleno en esa apocalipsis de coros ominosos y oscuros. Toda la canción está imbuida en esa siniestra ambientación, salvo por ese divertido interludio con el piano como protagonista. El arpa nos da la bienvenida en Bloodclock, antes de que se desate la tormenta. El parón del pre estribillo genera una tensión maravillosa para que todo rompa de nuevo, mientras uno se pregunta cómo es posible que esto suene tan bien, tan nítido y a la vez tan potente. La respuesta es sencilla: Jacob Hansen, productor de grupos como Volbeat, Epica o Arch Enemy.
La banda sonora perfecta para el apocalipsis
Si el fin del mundo se acercase y tuviese el inmenso honor de elegir la banda sonora para semejante acontecimiento, seguramente escogería a Fleshgod Apocalypse. Su música encaja a la perfección con ese sentimiento de oscuridad mezclada con épica. Y eso se nota en At War With My Soul o Per Aspera Ad Astra, con un sonido absolutamente demoledor y un trabajo espectacular por parte de toda la banda. Matricide 8.21 y Morphine Waltz ofrecen una visión algo más accesible de la banda, sin salirse de su estilo, por supuesto. En esta última, el trabajo de orquestaciones de Francesco Ferrini destaca a un nivel casi sobrenatural, pudiéndolo disfrutar en su máxima expresión gracias a una producción impecable. Llama también la atención el cambio de registro de Veronica Bordacchini en las estrofas de este desbocado vals.
El último tema como tal del disco es Till Death Do Us Apart, un tema que se desarrolla tranquilo, un colofón extraño pero satisfactorio después de tanta velocidad y brutalidad. El broche de oro para el trabajo lo pone Opera, un outro conmovedor de piano, en el que Ferrini se explaya sobre acordes menores, evocando toda la soledad y la tristeza de la situación límite que llevó al líder de la banda a escribir este disco. Al final, el tema se vuelve más intenso y juguetón, como dejándonos entrever que, más allá del dolor, siempre hay esperanza
Conclusiones de la reseña de Opera
Fleshgod Apocalypse vuelve a estar a la altura de lo que uno espera en una banda de su nivel. De hecho, en mi opinión incluso han subido el nivel con respecto a Veleno, seguramente el disco que menos me llame de todos sus trabajos de estudio. Esta banda tiene que sonar cristalina y a la vez brutal, y para ello necesitan tener detrás siempre a un mago de la producción. Cada detalle, cada arreglo, debe poder escucharse en su lugar, por complejo que parezca en este caos sonoro que es la música de la banda italiana.
Opera es brutalidad, es intensidad, son guturales salidas del propio infierno y mezcladas con primoroso talento con voces líricas, arreglos orquestales y apisonadores riffs de guitarra. Así, tan sencillo como suena, y a la vez tan difícil, porque no hay muchas bandas que, a día de hoy, sean capaces de reunir semejantes ingredientes y entregarnos una mezcla que nos haga disfrutar tanto.
Si te ha gustado la reseña de Opera puedes echarle un vistazo a nuestra opinión sobre el último disco de Rotting Christ, así como a los conciertos que se vienen en Madrid para Septiembre. También podéis ver el vídeo resumen de Lèpoka e Ignis Anima en Madrid.