La banda sueca lanza su nuevo disco entre una enorme expectación. Y es que Tobias Forge y los suyos se han convertido en una de las bandas más populares dentro del panorama a nivel mundial. Eso sí, ¿de qué panorama? ¿Rock? ¿Metal? ¿Pop Sueco con guitarras potentes? Lo vamos a descubrir en nuestra reseña de Skeletá, el nuevo disco de Ghost.
Así suena Skeletá, el nuevo disco de Ghost
El disco comienza con cantos angelicales en el inicio de Peacefield, dando paso a un buen riff que nos introduce a la voz de Forge, a estas alturas ya tremendamente reconocible. El tema se desarrolla centrado en la propia melodía de la voz, envuelto en una producción que recuerda inevitablemente al glam de los 80. Curiosamente, el estribillo me parece un poco soso con respecto al resto del tema.
Las vibras ochenteras siguen más que presentes en Lachryma, un single que ya reseñamos aquí. Esta canción al menos tiene una producción algo más pesada en sus guitarras y bajo. Sin llegar al nivel de temas anteriores del grupo, lo cierto es que Lachryma si que destaca dentro de este disco, por su musicalidad y su estribillo entre lo contenido y lo intenso.
En Satanized vuelven los sonidos algo más oscuros, con una progresión de acordes más compleja. La canción ya apareció como primer single previo a este disco, hace unos meses. Si bien fue bien acogido, el tema parece más bien compuesto para el directo, con toda la parafernalia que rodea al grupo, que para escucharlo «a pelo» en los cascos. El solo de guitarra tras el segundo estribillo es, eso sí, de los mejores en lo que llevamos de reseña de Skeletá.
Habemus Papa V Perpetua
Guiding Lights sorprende por el cambio de registro, incluso en la propia voz de Forge, algo más grave y despojada de tanto efecto. Por la propia producción (especialmente esa caja de batería), esto bien podría ser un homenaje perfecto a los Metallica de principios de los 90. La balada se va desarrollando mansa, sin cambios de tempo ni sorpresas, pero termina siendo una canción tranquila y hermosa.
Así se asoma también De Profundis Borealis, pero esta sí que se guarda la sorpresa detrás del inicio a piano. Las guitarras potentes toman el mando y acompañan a un Forge mucho más en su salsa habitual. El tema es el más trepidante del disco hasta ahora, aunque tampoco aporta nada realmente nuevo. Se deja escuchar, y en directo seguramente funcione como un tiro, pero uno todavía está a la espera de algo que le descoloque de verdad.
Y así llegamos a Cenotaph, que se agarra a una melodía en acordes mayores para dirigirnos hacia un tema que, sinceramente, no pensé escuchar en un disco de Ghost. ¿Era esta la verdadera sorpresa de Skeletá? Tal vez lo sea. Desde luego, es un tema potente, pero accesible, con capacidad para atraer a cualquier despistado interesado mínimamente en el rock y descubrirle el deslumbrante y a la vez oscuro mundo de esta banda.
Introspección y mucha vibra ochentera
Missillia Amore y Marks of the Evil One son los dos únicos temas del disco que han sido escritos en solitario por Forge. En el resto, el vocalista ha colaborado con los artistas y productores suecos Salem al Fakir, Max Grahn y Vincent Pontare, habituales en los créditos de los discos de Ghost desde hace un tiempo. El primero de estos temas no ofrece tampoco nada excesivamente nuevo, aunque su ritmo machacón puede llegar a ser disfrutable. En cuanto a Marks of the Evil One, su estribillo sí que llama algo más la atención, y eleva bastante la canción. Aunque las guitarras están presentes, el trabajo de teclados le da un toque mucho más accesible y dinámico a este disco. Es curioso también que utilice un recurso ya caído en desuso como el fade out para terminar la canción. Un toque original, supongo.
Los sintes ochenteros nos atrapan desde el primer segundo de Umbra, solo para desaparecer cuando la banda entra con todo. La voz de Forge vuelve a sonar oscura y casi amenazante. El estribillo recupera la musicalidad de los mejores singles de la banda, llevando la canción un paso más allá. Y bueno, siempre es divertido escuchar un cencerro en una canción de ¿rock? ¿metal? Bueno, lo que sea. Cada uno que saque sus propias conclusiones. Eso sí, los solos de la parte final son una auténtica delicia, da igual el género que te guste.
Excelsis, el último tema de Skeletá, comienza con la voz de Forge sobre un fondo de acústicas y pianos. Es un medio tiempo que sabe a despedida, tal y como nos muestra la propia letra. El trabajo vocal y melódico, eso sí, es uno de los más interesantes de este nuevo trabajo. El estribillo es precioso, y creo que como último tema de un disco tan íntimo, no podrían haber escogido una mejor opción.
Conclusiones de la reseña de Skeletá
Es indudable que Tobias Forge ha conseguido crear a través de Ghost un imaginario propio, un universo donde lo macabro se vuelve pop y el metal sueco se enreda con el glam y el hard rock de los 80. En un género así, lo verdaderamente importante es la calidad de los temas. Y en Skeletá hay algunos buenos, pero ninguno realmente excelente, o al menos esa es mi opinión tras escuchar el disco. Me quedo con retazos de algunas canciones, pero este nuevo disco está lejos de ser redondo, en el sentido no literal de la expresión.
Si te ha gustado nuestra reseña de Skeletá, el nuevo disco de Ghost puedes echarle un vistazo también a lo nuevo de Arch Enemy, o ponerte al día sobre la próxima gira española de Halestorm. Por último os dejo la Entrevista a Saurom en nuestro canal