El grupo californiano nos trae un nuevo trabajo para sumar a su extensa discografía y demostrar que el punk rock sigue más vivo que nunca. ¿Cumplirá este nuevo álbum las expectativas? Aquí te lo contamos en nuestra reseña de Supercharged de The Offspring.
Así suena Supercharged, el nuevo disco de The Offspring
El trabajo se abre con el corte Looking Out For #1, que desde luego suena a The Offspring por los cinco costados. Tanto es así que incluso nos recuerda a ciertos clásicos de la banda. Una buena carta de presentación para meter a los fans de siempre en el disco desde el primer momento. Light In Up no abandona ese sendero, entregándonos un corte rápido e intenso, de esos que en directo funcionan como un tiro. El giro casi arabesco antes del estribillo final resulta curioso, cuanto menos.
En The Fall Guy nos reencontramos con esos coros marca de la casa en las estrofas. Ni se les puede ni se les va a pedir nada nuevo a The Offspring a estas alturas, así que a disfrutar. El sonido del disco es espectacular, y se nota que una leyenda como Bob Rock está detrás de la producción. En la batería, el joven Brandon Pertzborn toma posesión de las baquetas, aunque solo en algunos temas. El resto los ha tocado el omnipresente Josh Freese, también en Foo Fighters.
Make It All Right deja un poco de lado el cabreo de las primeras canciones para traernos un tema ultrafresco y veraniego, más cerca de Blink 182 que de NOFX, por ejemplo. Y si, esa comercialidad les sienta de escándalo a estos «abuelos» del punk rock. Las melodías del estribillo son pegadizas y ese interludio instrumental es una verdadera delicia. De las mejores del disco, por algo ha sido escogida como primer single. Y para no quedarnos con las ganas, Ok, But This Is The Last Time eleva aún más esa vibra tan californiana, con un sonido de batería que llama mucho la atención.
La perfecta combinación entre lo antiguo y lo nuevo
El grupo ya adelantó hace unos meses que el nuevo material sonaría tanto a esas antiguas canciones más intensas y punkis como a esa fase más «comercial» de la que muchos fans reniegan, pero que han colocado al grupo como una referencia. Y desde luego, eso es justo lo que encontramos en el disco.
Tras dos temas hiperpegadizos, The Offspring nos devuelve a sus primeros tiempos con Truth in Fiction, una canción que bien podría haber estado en Smash o Americana. Come To Brazil es un cambio de ritmo absoluto, y podría pillarte descolocado si no has escuchado demasiado al grupo. Punk de la vieja escuela, con un punto metalero en las guitarras que lleva la canción a otro nivel. Y el guiño del final… bueno, pues nadie se libra de los tópicos, supongo.
Get Some se desarrolla juguetona y divertida, pero la verdad es que no me llamo tanto como el resto. Algo más de gancho encuentro en Hanging By A Thread, especialmente en su épico estribillo. La producción también brilla enormemente en esta canción, escuchándose muy poderosa y con gancho. El disco termina con You Can’t Get There From Here, el tema más largo, que aun así no llega a los cuatro minutos. Un colofón que, aunque ofrece algo diferente, no llega a la excelencia de la primera mitad del disco.
Conclusiones de la reseña de Supercharged
Siendo el disco número 11 de una banda tan consolidada, Supercharged no iba a suponer a estas alturas ninguna revolución para The Offspring. Los californianos saben nadar y guardar la ropa, ofreciendo la pizca justa de algo diferente, algo antiguo y algo comercial para que este disco pueda gustar a cualquiera —o a nadie, que nunca se sabe en estos tiempos—. Trabajo de notable para una banda que estará, además, en nuestro país el año que viene dentro de su gira mundial, con dos conciertos en Madrid y Barcelona.
Espero que te haya gustado la reseña de Supercharged. Si te has quedado con ganas de más contenido, echa un vistazo al primer episodio de nuestro podcast Rock y Otras Drogas en Youtube y en iVoox para estar al tanto de toda la actualidad del rock y el metal. También puedes disfrutar viendo el artículo de nuestra compañera Tamara donde analiza las influencias del rock y el metal en Stranger Things a lo largo de todas las temporadas de la serie.