«Se nos lleva el aire» : reseña de lo nuevo de Robe

Se nos lleva el aire de Robe nuevo disco

El nuevo disco de Robe es todo lo que cualquiera podría esperar a poco que conozca la trayectoria del extremeño. «Se nos lleva el aire» es una colección de canciones sorprendentes, pero también coherentes con su estilo. Con una riqueza exuberante en cuanto a lo musical, y la misma lírica suelta y a la vez profunda de siempre. Se nos lleva el aire es, sin lugar a dudas, uno de los mejores discos del año.

Así es «Se nos lleva el aire»

Robe Iniesta sigue en estado de gracia. Más allá de los conflictos, ahora ya resueltos, con empresas de producción de giras, y los todavía por resolver, con algunos de sus antiguos compañeros, el de Plasencia sigue demostrando ser uno de los músicos más interesantes de nuestro país. Su anterior trabajo, Mayéuitca, ya elevaba mucho el listón, pero me atrevería a decir que Se nos lleva el aire incluso lo supera. Es un disco absolutamente disfrutable, siempre y cuando no te quedaras en la etapa más primigenia de Extremoduro. E incluso ahí, seguramente Robe sea capaz de sacar más de una sonrisa a los que piensan que se ha “ablandado” con el tiempo.

Se nos lleva el aire es, ante todo, un disco de rock, vaya esto por delante. No del mismo rock que escuchábamos en el Ágila, seguramente, pero basta de comparaciones. Desde el primer compás, el estilo de Robe es plenamente reconocible en El Hombre Pájaro, el tema que inicia el disco. La potencia de Viajando por el Interior satisfará a los fans que echaban de menos la distorsión. Nada que perder, que ya apareció como single hace unas semanas, es una canción inmensa en todos los sentidos. Y no me digan que A la orilla del río nos recuerda al mejor Robe, con esa melodía juguetona, y esa bendita “simpleza” que hace crecer el tema a cada segundo.

Un deslumbrante viaje musical

El disco sigue fluyendo a través de infinidad de referencias y trazas musicales, y uno no puede ni quiere hacer otra cosa que no sea dejarse llevar en este viaje. El poder del arte es, a todas luces, la gran obra maestra de este nuevo trabajo. Nueve minutos de puro Robe Iniesta, de lo más delicado a lo más intenso, con una letra marca de la casa. El arte, por supuesto, tiene poder para reventar el alma una y mil veces… siempre que esté bien hecho, con pureza y corazón. Y aquí encontramos mucho de eso.

Todo se remueve con Haz que tiemble el suelo, y la delicadeza más emotiva vuelve con Puntos Suspensivos. Con Ininteligible se vuelve a pisar el acelerador, con buenos riffs y una letra que engancha, además de algunos solos que son una auténtica delicia. La excelente labor de los músicos que acompañan a Robe en este disco (así como en los directos, ya anunciados para 2024) queda patente a lo largo de todo el trabajo. Es un escándalo escuchar el violín de Carlitos Pérez, la contundencia de la batería de Alber Fuentes o la exquisita clase de Woody Amores a la guitarra.

Adiós, cielo azul, llegó la tormenta combina una letra desesperanzada con una musicalidad luminosa, un contraste habitual en Robe, por otra parte. Todo lo bueno acaba, y Esto no está pasando sirve como trepidante colofón a un disco que sería un crimen paladear solo una vez. Hay que volver a ponerlo en cuanto termina, y seguir descubriendo detalles locos, divertidos, embriagadores, a lo largo de su hora de duración.

Si te ha gustado esta entrada, también puedes echarle un vistazo a la crítica del último disco de Tierra Santa, o conocer cómo fue el concierto de EFFE en Madrid. También podéis ver nuestra entrevista a Suko.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *