Nuestro fotógrafo Miguel Uceda tuvo la oportunidad de asistir a este concierto y ha tenido el detalle de preparar la crónica de Grand Design en Madrid junto con los navarros Toifelthal. Aquí os dejamos sus palabras sobre lo que vivió en la sala Rockville.
Qué pena de conciertazo. Sí, una pena. No por las bandas que lo dieron todo, si no por la asistencia. Es muy triste ver una sala como la Rockville en la que probablemente no llegamos a ser más de cuarenta personas. Eso si, hay que decir las cosas como son: las bandas tocaron como si delante tuviesen miles de personas.
Toifelthal caldeando el ambiente
A los navarros Toifelthal les tocó empezar con una sala prácticamente vacía pero fueron de menos a más. Al tercer tema tenían a todo el público delante del escenario contagiados por su actitud y buen hacer musical. Dieron un buen repaso a su último disco e hicieron disfrutar a la audiencia con su mezcla de heavy metal y hard rock con influencias clásicas. Mucha interacción de su cantante Mikel con el público y muy buen rollo. Para mi fue una grata sorpresa, ya que no los había visto en directo y opino que sonaron realmente bien.
Grand Design en Madrid, una auténtica fiesta de hard rock
Y con un poco más de público salieron a escena Grand Design transmitiendo un buen rollo increíble desde el primer segundo.
Arrancaron con «God bless rawk» y desde ese momento la fiesta no paró. Mucho contacto con el público del frontman Pelle Saether. Incluso se animó a chapurrear en castellano. La banda sonó como un cañón y lo dieron todo a pesar de la escasa audiencia. Convirtieron lo que pudo ser un drama en una fiesta, con Pelle metiéndose entre el público haciendo que nos sintiésemos parte de algo importante.
Realizaron un buen repaso a su último disco llegando el momento álgido con la interpretación de «Face it», canción de su disco de 2018 <<Viva la paradise>>. Durante este tema, los coros del estribillo eran tapados por la audiencia en un momento de gran interacción.
Tras la tríada formada por «We were born», «Love sensation» y «Rawk the night», se despidieron de nosotros bajo una gran ovación.
Tras el concierto nuevamente mostraron esa cercanía que transmitieron desde el escenario, ya que se quedaron con el público repartiendo púas y baquetas y charlando con todo el que se les acercaba.
En resumen un conciertazo empañado por la escasa audiencia.
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