Hoy os traemos la crónica del concierto de Mötley Qüeens en Madrid el pasado 22 de marzo en la sala Rockville. Todo como siempre, en Rock For Everyone. ¡Comencemos!
La previa del concierto: Glam en familia
Hace unas semanas que os fuimos adelantando todos los detalles del concierto del Mötley Qüeens, la banda femenina de tributo a los famosos Mötley Crüe, en la sala Rockville. El concierto, que ya de por sí tenía muy buena pinta, ha conseguido vender más de un 80% del aforo de la sala. Esto solo nos demuestra una cosa, y es que el rock nunca muere.
Llegué a la Rockville rondando la hora de apertura, las 21:30. Ya podía observar que habían abierto la cola unos minutos antes de la hora del cartel, detalle que con el tiempo tan frío y lluvioso, pues se agradece. En cuanto a los asistentes del concierto, un público de lo más variopinto. Gente de todas las edades, desde niños pequeños hasta personas más veteranas en el mundo de los conciertos. Todos vistiendo sus mejores galas del glam rock. Y es que la noche no merecía menos, porque las Mötley Qüeens jugaban en casa.
Minutos antes de que comenzase el bolo, podía ver al público ya muy entregado a la velada. Todos y todas los presentes cantando a pleno pulmón los himnos del rock y del heavy metal que sonaban en la sala a todo volumen. Muy buen rollo, muy apretados, demostrando el éxito en la venta de entradas y sobre todo, mucho rock. Se apagan las luces a la media hora de entrar y empieza a sonar la intro. Las Mötley, están en casa.
Unas Mötley que ya les gustaría a los originales
Después de la épica introducción con un órgano fúnebre, entraron Sönia Märs (guitarra), Läury Sixx (bajo), Jëss Lee (batería) y Söles Nëil (vocalista). Con un buen guitarrazo y un grito rasgado de Söles, comenzaron el bolo con Take Me to The Top. El inicio fue completamente espectacular. Ya fuese porque habías visto a los Mötleys originales o por haber disfrutado de la película The Dirt sobre la banda, podías sentir como si estuvieras viendo a la banda original tocando. Y siendo una banda de tributo, no es sencillo conseguir la tarea de hacer sentir que ves a la banda original, pero sin perder la esencia única que tiene cada banda. Pero las Mötley Qüeens han venido para una cosa, y es para comerse el mundo.
Los siguientes temas que tocaron fueron Too Fast For Love y Live Wire. Podía ver unas músicas que estaban completamente entregadas a su público. Y tan entregadas, que la propia Söles bajó del escenario más de una vez para cantar con los fans o para subirse a los bancos que hay en el lateral de la sala. Desde luego, los Mötley Crüe originales jamás serían tan cercanos.
Tras estos temas, la banda agradeció con mucho cariño tanto la asistencia del respetable público como la participación y la entrega del público. Y con otro pedazo de grito, entraron los temas Red Hot, All In The Name Of… y Bastard. Mira que ya había visto a Sönia tocando la guitarra cuando participé en la Crazy Rock Band junto a trescientos músicos (y que os contamos aquí) y pensé en lo espectacular que era su técnica. Pero verla en su salsa, tocando estos temas, es otro rollo . También me gustaría hablar del sonido de Läury con el bajo, que se escuchaba de maravilla y con un nivel de saturación perfecto, sin acoples. Y Jëss con una técnica de doble pedal en los bombos en el último tema mencionado brutales. No hace falta que se ponga cabeza bajo tocando la batería para saber que es una maestra en lo suyo.
Entramos en calor para el Rock’n’Roll
Seguimos con la crónica de Mötley Qüeens en Madrid habiendo entrado en calor con los primeros temas y presentar a toda la banda. Para los menos versados en el género del glam o en la discografía de los Mötley, llegó otro de los hits de la banda, con Same Ol’ Situation. Al igual que últimamente en varios conciertos había visto que el nivel de entrega del público había bajado en general. Pero hoy ese público no estaba entre nosotros. El siguiente tema fue la preciosa Home Sweet Home, balada insignia de la banda. Jëss abandonó temporalmente la batería para hacer la intro en el piano. Es cierto que el teclado se oía con un poco de acople, pero daba igual. El público estaba dándolo todo. Al finalizar la canción, tanto Jëss como Söles le dieron un par de manotazos al teclado. Muy estilo Mötley, pero como teclista, reconozco que me dolió.
Arrancamos de vuelta a la caña con un pedal de wahwah a todo volumen y con Motherfucker of the Year. Igual me repito demasiado, pero ¡cómo toca Sönia la guitarra! Tuve la suerte de poder llevarme una púa de recuerdo que lanzó en el tema. Con una línea de bajo espectacular de parte de Läury, entramos con Saints of Los Angeles y continuamos con Primal Scream.
Aprovecho para hablar del dominio del escenario por parte de las músicas. Una presencia brutal y una coordinación e interacción entre ellas genial. Han nacido para estar sobre un escenario. Y esto lo podemos demostrar con su actuación en Shout at the Devil, donde Jëss manejaba al público a ritmo del tom y el bombo.
Un glam lleno de esencia, pasión y garra
Tras la famosa mentira y paripé de que iban a tocar la última canción, trola ya clásica desde tiempos inmemoriales, entran con Smokin’ In The Boys Room. Aplaudo como podían mantenerse en pie a estas alturas del concierto, porque de verdad, era como ver un huracán de guitarrazos y de fuerza en el escenario. Por algo han conseguido sus adeptos tanto en nuestro país, donde los tributos suelen ser despreciados, como al otro lado del charco. Quiero rememorar que Söles se equivocó y gritó «¡Valencia hemos vuelto!». Las risas del público y de las músicas fueron generales. Que momento tan divertido.
En Dr. FeelGood las Mötley trajeron la medicina para aquellos que se encontrasen en un estado menos animado o todo lo contrario, completamente fuertes. Es por ello que trajeron la medicina necesaria. Una jeringuilla gigante con Jack Daniels de la que fueron dando de beber a los afectados. Tras acabar una canción, hubo un acalorado debate sobre cuál era la bebida del interior de la jeringuilla. Tanto ella como los asistentes a mi vera lo confirman. Jack Daniels. Fin del debate.
Es el turno de Girls, Girls, Girls. En este tema subieron dos chicas del público que estuvieron bailando e interactuando junto a las músicas en el escenario. Parecían una más integradas con la banda. Wild Side fue la siguiente canción elegida por la banda, donde la cantante robó un cigarrillo y con el que cantó durante el set para luego lanzarlo (más de un fumador sufrió con el lanzamiento por el precio del tabaco). Finalmente, terminaron con Kickstart my Heart, tema que han cantado y subido a Youtube recientemente y que os recomendamos escuchar. Menuda fiesta de concierto. Muy divertido y muy cañero.
Conclusiones de la crónica de Mötley Qüeens en Madrid
Sin ser yo un fan acérrimo del Glam Rock, las Mötleys han conseguido un hito que creía imposible. Con su fuerza en el directo, su interpretación, su carisma y su cercanía, han conseguido que me reconcilie con el género. Puede que las canciones de los Mötley Crüe sean inmortales, pero las Mötley Qüeens consiguieron darles vida.
Y hasta aquí mi crónica de Mötley Qüeens en Madrid. Esperemos que os haya gustado y que os anime a ir a algún otro bolo que den en el futuro. Os daremos toda la información sobre la banda y todas las noticias en el mundo del rock y del metal, siempre aquí, en Rock For Everyone.
¡Nos veremos en los escenarios!
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