El lado metalero de Cristian Castro

¿Un cantante de baladas azucaradas y boleros desfasados cantando heavy metal? ¿Y por qué no? El vocalista mexicano Cristian Castro no ha ocultado nunca su gusto por la música más dura y rockera, llevando incluso sus influencias tatuadas en la piel. Sin embargo, el intérprete de Azul no se ha quedado solo en lanzar alguna que otra referencia en entrevistas. También se ha atrevido a lanzar su propio proyecto metalero, La Esfinge, con un sorprendente resultado. Si quieres saber sobre el el lado metalero de Cristian Castro, no te pierdas este reportaje.

Cristian Castro, un cantante descomunal

Nacido en Ciudad de México en 1974, Cristian Castro no tardó en destacar como intérprete. Su madre, Verónica Castro, es una de las artistas clásicas más importantes de México, y supo guiar a su hijo en sus primeros pasos. Su padre también pertenece al mundo del espectáculo, y como curiosidad, su tío es nada más y nada menos que Ramón Valdez, el mítico Don Ramón de la serie El Chavo del Ocho.

Castro comenzó a cantar cuando solo era un niño, y se convirtió en una estrella en su país siendo ya un adolescente. Con apenas 17 años grabó su primer disco, donde se incluía el éxito No Podrás, que ya cuenta con algunas guitarras eléctricas bastante llamativas. En años posteriores grabaría más discos, comenzando a llamar la atención también en Estados Unidos y España.

En nuestro país, su mayor pico de popularidad llegó con Azul, disco de 2002 que incluía el tema homónimo. La canción, producida por Kike Santander, comienza con un riff de guitarra con palm mute que dejaba a las claras que el rock seguía presente en la vida de Cristian. A través de la melodía del tema, el mexicano demostraba su descomunal registro vocal, llegando a agudos imposibles en la parte final.

El fan de Tool que quiere hacer heavy oscuro

El videoclip de Azul causó sensación en aquella época en medio mundo. Con su pelo teñido de rubio platino, Cristian se paseaba en una paradisíaca playa en compañía de varias modelos. Pero algo nos llamaba la atención. En su espalda, un enorme tatuaje… El símbolo de la banda norteamericana Tool, el grupo favorito del mexicano, según él mismo ha reconocido en múltiples ocasiones.

Bien, un cantante de baladas que lleva a Tool tatuados en su espalda pero, ¿qué más? Tras lanzar varios discos más y asegurar una carrera multitudinaria, Cristian Castro decidió dar salida a sus influencias más heavies en 2014, cuando presentó a su banda La Esfinge. A través de este grupo, Cristian lanzó el disco El Cantar de la Muerte, con temas como Purgatorio, Beso Negro o Los Fantasmas. Personalmente, el disco me llamó mucho la atención, por ver a Castro en un registro totalmente diferente. Producido por David Bottrill, que ha trabajado con Muse, Rush, Dream Theater o Tool, el disco suena denso, oscuro, y tiene temas cuanto menos interesantes.

Lo más llamativo es que Castro creó una especie de alter ego para las actuaciones con La Esfinge. Bajo el nombre de Lugh Draculea, el cantante se presentaba con una ropa oscura, a veces incluso maquillado, en las pocas actuaciones en directo que tuvo este proyecto en su época. Sin embargo, la cosa no iba a quedarse ahí…

El regreso de la Esfinge y el lado más bizarro de Cristian Castro

Asentado en Argentina, en donde vive desde hace años, Castro volvió a la carga con un nuevo disco de La Esfinge en el pasado 2023. La producción seguía siendo bastante buena, aunque para mi gusto, los temas ya no tenían el gancho de los anteriores. La voz del mexicano, queramos o no, tampoco es la misma que hace diez años, aunque sigue manteniendo un registro que ya quisiera para sí más de uno de esos vocalistas tan renombrados que tenemos por aquí.

Ese mismo año, el mexicano colaboró con la banda de metal bizarro Asspera, también en Argentina. El grupo, una especie de Gigatrón del país, realizó una versión del mítico tema Lloviendo Estrellas, que el mexicano había presentado veinte años antes. Castro no tuvo ningún problema en cantar el estribillo con la banda, sacando su lado más punky y bizarro. Para más inri, el videoclip de esta versión está protagonizado por la misma actriz que participó en el de la canción original. Se ve que Cristian sabe reírse de sí mismo, desde luego.

La Esfinge se ha presentado en algunos conciertos en Argentina durante los últimos meses, aunque sin solución de continuidad. Es el juguete de Castro, su forma de sacar el lado más heavy y gamberro, antes de volver a su oficio, a su trabajo, que es cantar baladas y meter una guitarra con distorsión de vez en cuando.

Desde aquí, un fan rendido al talento inmenso de Cristian Castro, os recomiendo que le deis una oportunidad a este proyecto. Porque nunca es tarde para abrir los oídos y dejar los prejuicios a un lado, ¡aguante Cristian!

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