La banda británica comandada por Justin Hawkins acaba de sacar a la luz su nuevo trabajo, un disco que, al igual que los anteriores, no dejará indiferente a nadie. El carisma del grupo, unido a sus canciones pegadizas y divertidas, hacen que la música de The Darkness sea tan amada como detestada. Aquí te dejamos nuestra reseña de Dreams on Toast, el nuevo disco de The Darkness.
Así suena Dreams on Toast, el nuevo disco de The Darkness
El disco se inicia al más puro estilo The Darkness, con un riff que nos traslada directamente a aquel glam rock ochentero del que la banda bebe directamente. Rock & Roll Party Cowboy es un tema pegadizo y con muy buen inicio, pero tal vez demasiado largo. La banda saca su lado más gamberro y rockero, con Hawkins cantando en un registro poco habitual. El rock and roll continua con I Hate Myself, que bien podrían haber compuesto unos Volbeat a los que les han cambiado el pedal de overdrive por un american crunchy. Divertida, alocada, y con los falsetes de Hawkins de vuelta. ¿Qué más se le puede pedir?
Hot on my Tail sorprende por su aire country/folk, aunque he de reconocer que la canción tiene su gracia. Y ya de paso, reconocer lo bien producido que está el album, con infinidad de detalles que suenan a la perfección sin pisarse. Con Mortal Dread tenemos de vuelta el rock and roll y el cachondeo, aunque es cierto que la canción no me llama tanto. Siento que su estribillo es tremendamente genérico. Eso sí, para el directo supongo que puede funcionar bastante bien.
Don´t Need Sunshine nos recuerda una vez más que sin Queen no hubieran existido The Darkness (aunque esta afirmación también sirve con cientos de otras bandas, todo sea dicho). Es una balada bonita, con un sabor añejo y unos bonitos coros. Sin embargo, la intención de conectar con esa influencia magna en su discografía echa un poco por tierra la resolución de la canción.
Dejando lo mejor para el final
Algo más de originalidad encontramos en The Longest Kiss, el tema que abre la segunda mitad del disco. Entre el cabaret musical y el rock encontramos una canción que sí que suena al cien por cien a The Darkness. Corta, directa y muy simpática, casi se puede ver a Hawkins escribiéndola al piano. Con The Battle for The Gadget Land tenemos otra canción muy diferente, casi un homenaje al punk y al rock alternativo. No es una obra maestra, pero desde luego logra sorprender, algo que a estas alturas ya tiene su mérito. Y el riff es tremendamente heavy, eso no lo puede negar nadie.
El country se vuelve a hacer presente en Cold Hearted Woman, que logra también destacarse como algo tan diferente dentro de este nuevo trabajo. Así es como llegamos al que es, para mí, el mejor tema del disco, con mucha diferencia. Walking Through Fire tiene todo lo que uno espera encontrar en estos The Darkness dos décadas después de sorprender a todos con su primer trabajo. La canción es pegadiza a más no poder, está maravillosamente arreglada, y un Justin Hawkins completamente desatado lo pone todo en los estribillos. ¿Os imagináis un disco con diez temas así?
Para cerrar este Dreams on Toast, la banda nos vuelve a descolocar con Weekend in Rome, una preciosa balada a la antigua usanza, donde cantan al improbable amor italiano mientras la orquesta va engrandeciéndose hasta emocionar como en una de esas pelis románticas que Hollywood solía hacer en sus buenos tiempos. ¿Tiene algo que ver con el resto del disco? En absoluto. Pero qué delicia, y qué maravilloso que estos tipos sigan haciendo literalmente lo que les da la gana, así sea o no comercial.
Conclusiones de la reseña de Dreams on Toast
Estamos seguramente ante uno de los mejores trabajos de The Darkness. Una banda que comenzó hace dos décadas con muchísima fuerza, pero que fue perdiendo fuelle entre parones, disputas y discos irregulares. Sin embargo, sí que considero que este Dreams on Toast está a la altura de aquella frescura y creatividad de la que la banda hacía gala en sus primeros años. Podremos comprobarlo en directo a mediados de octubre, cuando The Darkness visite nuestro país para tres fechas en Madrid, Barcelona y Bilbao.
Si te ha gustado esta reseña puedes echarle un vistazo a nuestra entrevista en exclusiva con David de Catalina Grande Piñón Pequeño, así como disfrutar de nuestra crónica de Saurom en el Movistar Arena.