El lanzamiento de un nuevo disco de Nightwish siempre es motivo de alegría para los fans de la banda finlandesa. Después de años de cambios en la formación y discos algo irregulares, Holopainen y los suyos quieren demostrar con este nuevo trabajo que la esencia que les ha hecho grandes sigue más que presente. ¿Lo han conseguido? Esta es nuestra reseña de Yesterwynde, el nuevo disco de Nightwish.
Así suena Yesterwynde, el nuevo disco de Nightwish
Recién salido del honor, y con apenas tres singles de presentación (eso sí, la mar de interesantes), Yesterwynde se abre ante nosotros con la preciosa instrumental del mismo nombre. Coros, guitarras acústicas y las flautas de Donockley dan paso a la siempre melodiosa voz de Floor Jansen. En el segundo corte, An Ocean Full of Strange Islands, la banda pone ya las cartas sobre la mesa. Esta canción ha aparecido como último single previo a la salida del álbum, y es cierto que no ha sido una elección equivocada. Hay mucho de ese Nightwish clásico en sus casi diez minutos de duración. La trepidante batería, las potentes guitarras y por supuesto, las orquestaciones, visten el tema para que Floor se luzca como siempre. El tema se desarrolla entre interludios instrumentales y estrofas que parecen inconexas entre sí. Mucho ruido… y pocas nueces, al menos por ahora.
The Antikythera Artefact mantiene ese tono entre lo sombrío y lo juguetón en sus melodías, marca de la casa del grupo. Aquí, la voz de Donockley acompaña a la de Floor en algunas estrofas. El estribillo sube en intensidad, pero hay un problema… y es que la canción no termina de enganchar en ningún momento. The Day Of… ya apareció como single, hace unas semanas, y la sensación es la misma. Es un tema interesante, lleno de detalles, pero no se queda en tu cabeza. No desentona en el resto del disco, pero a estas alturas no sé si esto es algo bueno o malo, en realidad…
Yesterwynde, un inmenso espectáculo musical sin garra
Nadie va a poner en duda a estas alturas el talento de Nightwish, una banda que lleva 25 años demostrando una creatividad fuera de lo común. Sin embargo, en este Yesterwynde, esto parece haber quedado en un segundo plano. El disco es ominoso, imponente, espectacular… pero se pierde en sí mismo. Perfume of the Timeless es un ejemplo perfecto de ello. Un tema que sobrecoge por todos sus arreglos y detalles, pero que no consigue conectar lo suficiente. Sí, su estribillo es mejor que el de las canciones anteriores, pero eso tampoco es mucho decir.
Sway nos introduce en la propia intimidad de los pensamientos del grupo. Una preciosa canción que, aunque sorprenda a muchos, es para mí de lo mejor del disco. Sin tanta parafernalia, sin tanta orquesta, solo una melodía preciosa, una armonía perfecta, y un delicioso toque celta en su tramo final. En The Children of Ata, el grupo retoma esa vena electrónica que ya mostró en trabajos anteriores. Una melodía sencilla, pero ahora sí, pegajosa, eleva al estribillo a un nuevo nivel, con una parte final que sí que se coreará en directo. Así sí, Nightwish, así sí.
El siguiente tema, Something Whispered Follow Me, comienza misterioso e interesante, y su desarrollo tiene su punto, aunque tampoco llega a cubrir las expectativas que uno puede tener. Esta misma canción, en manos de aquellos Nightwish de hace veinte años… En fin, supongo que este es el tipo de cosas que uno no debe pensar mientras escucha un nuevo disco. Pero es que son seis minutos y medio de canción, en los que siempre tienes la sensación de que sobra demasiado. Como esas películas de tres horas donde la historia se podría contar en la mitad de tiempo.
Un paso más hacia la introspección y la experimentación
Entramos ya en la recta final de la reseña de Yeterwynde con Spider Silk, que comienza con un prometedor piano. La melodía tiene cierto encanto, y se fluye sinuosa hacia un estribillo que no termina de romper. A la canción no le falta de nada, salvo lo más importante, ese gancho que la haga recordable. Suena a cosas que ya hemos escuchado mil veces en esta banda, pero sin la facilidad para quedarse rondando en tu mente hasta horas después de escucharla. ¿Es esto importante? Bueno, para mí lo es, sin duda. Hiraeth vuelve a traer un dueto con Floor y Donockley con el colchón de la acústica, aludiendo directamente a Sway. Un remanso de paz y melodía antes de que llegue la tempestad, en forma de gaitas, doble bombo y guitarras atronadoras.
The Weave nos devuelve el misterio, con una producción ciertamente sorprendente, y resulta, de hecho, de lo más interesante de todo el trabajo. Esto sí es salir de la zona de confort con maestría y acierto. Una canción que seguro que funciona como un tiro en directo, aunque ya sabemos que la banda no tiene intención, al menos por ahora, de volver a los escenarios.
Yesterwynde se cierra con Lanternlight, que comienza como una preciosa balada a piano y voz, con Floor mostrando por enésima vez su espectacular registro. La canción cumple su cometido como broche tranquilo y emotivo al disco, siendo, de hecho, uno de los temas más especiales del mismo. Tal vez porque se atiene más a lo que estamos acostumbrados a escuchar sobre este grupo, que con este nuevo disco da un paso más en esa nueva trayectoria abierta hace años con Endless Form Most Beautiful.
Conclusiones de la reseña de Yesterwynde
Introspección, experimentación… Yesterwynde es, al final, la banda sonora de un concepto, de una idea, la que nos conecta con nuestras generaciones pasadas. Y en ese sentido no es mal disco, pero si estás buscando grandes estribillos, canciones que se te queden en la cabeza… tal vez no es el trabajo más recomendable de la banda.
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