En la entrada de hoy os traigo la reseña de Spine de Myrkur, el nuevo trabajo de la polifacética Amalie Bruun. En este nuevo trabajo, la danesa y su equipo presentan la continuación conceptual de la partitura compuesta por Amalie para el musical Ragnarök.
Una emoción que se disipa rápido
He de comenzar este análisis mencionando que esta reseña me duele mucho tener que hacerla, pues soy fan acérrimo de Myrkur (hasta ahora creía que incondicional también). Spine es un álbum que no me ha gustado y probablemente se deba a que, sencillamente, no lo entiendo. No es un mal álbum ni mucho menos (y me detendré también a alabar sus virtudes) pero tras unas cuantas escuchas y años siguiendo a Myrkur, no ha conseguido engancharme, por diversos motivos que intentaré explicar a través en la siguientes líneas.
Antes de entrar en materia debemos saber que Amalie siempre se ha caracterizado por ser multidisciplinar y es algo que intenta plasmar en su música también, pero en este caso, de manera equivocada. Spine es un álbum que fusiona multitud de elementos de diversos estilos, pero en mi opinión, de forma poco homogénea. Myrkur suele incorporar a sus creaciones ingredientes del mal llamado folk escandinavo y del Black metal, creando una resultado que en muchos casos hará a más de uno levantar la ceja con escepticismo. Hasta ahora no he querido entrar en polémicas generadas por los autoproclamados adalides del Black Metal verdadero, pero aún sin compartir su opinión, en este caso tengo que levantar la voz.
Una emulsión fallida
El álbum comienza con Bålfærd, una introducción extremadamente prometedora, con una energía mística desbordante que me erizó el vello de la nuca. Esta canción tiene todo lo que me gusta de Myrkur, pero desgraciadamente no se corresponde con las pistas a las que precede, y es que esta va a ser la tónica en Spine: una variedad de elementos eclécticos mezclados de manera que no terminan de empastar. Es en Like Humans y Mothlike donde la cosa empieza a desbaratarse, con algunas honrosas salvedades. Estos temas incorporan sonidos eléctricos mezclados con voces angelicales, pero que se perciben en planos totalmente separados.
Es muy fácil crear contraste introduciendo algún elemento extraño, pero no se puede hacer de manera tan disruptiva, o la sensación producida no será agradable, casi seguro. My Blood Is Gold tiene un estilo más cercano al teatro musical y con una línea vocal que sorprende por sus inflexiones y coros, es de las pistas que más me ha agradado. El single que da nombre al álbum comienza con un dulce motivo en modo dórico que recuerda vagamente a Scarborough Fair, perturbado por el estallido de una guitarra eléctrica y una batería. Tanto Valkyriernes Sang como Blazking Sky tienen un nexo estilístico directo con el álbum Ragnarok. Este trabajo finaliza con Menneskebarn, un tema relajado y melodioso en formato acústico que bien podría estar dedicado al hijo de Amalie.
Spine de Myrkur: Conclusiones
Spine es un álbum muy completo, prolijo, que se ha compuesto con esmero, pero que no termina de encajar debido a la falta de cohesión entre sus elementos. En algunos caso los elementos no están bien integrados entre sí, las modulaciones son abruptas y no se percibe una continuidad en las pistas. Todo esto probablemente es debido a la incapacidad de los creativos al frente del proyecto de definir un estilo para el mismo, una confusión que es percibida por los oyentes.
Espero que os haya gustado esta reseña de Spine de Myrkur, aquí os dejo otras entradas que espero sean de vuestro interés: