Crónica del concierto de Lèpoka e Incursed en Bilbao

Lèpoka e Incursed en Bilbao

El sábado 14 de septiembre fue una noche de folk metal y mucha caña en el Kafe Antzokia de Bilbao: no en vano tocaban Incursed y Lèpoka, dos grupos potentes y más que consolidados. Gran expectación, por lo tanto, ante un concierto que prometía mucho y al que desde Rockforeveryone tuvimos la suerte de asistir.

Prometía, sí, y te adelantamos que ambos grupos cumplieron y nos regalaron una noche espectacular, con unas cuatro horas de la mejor música. Y por si no pudiste asistir o quieres rememorar el concierto, ¡te lo contamos!

Incursed, potencia en estado puro

Lèpoka e Incursed en Bilbao

Los chicos de Incursed saltaron al escenario muy puntuales, justo a las 22:00 h. -tras un previo acústico de Lèpoka del que te hablaremos enseguida- y, sin mayores preámbulos, se lanzaron con varios temas atronadores que pusieron en movimiento a toda la sala.

Tras dos canciones, Jonkol, el vocalista y teclista de la banda, saludó al público y comentó simplemente que no iba a dar mucha chapa, que estaban allí para repartir caña. ¡Y vaya si cumplieron!

A lo largo de los 55 minutos que los Incursed estuvieron en el escenario cayeron temas como Baskavigin, Who stole my beer?, la coreadísima Eusko Troll Label, Akelarre... letras en inglés y euskera y un ritmo mareante por parte de unos músicos en plena forma y que habían cogido el escenario con muchas ganas.

Cabe destacar, por cierto, la colaboración de Leire Tejada, que saltó al escenario por sorpresa desde las primeras filas del público para cantar junto a los miembros de Incursed el tema One among a million.

El concierto de Incursed terminó, cómo no, con su muy personal versión del clásico Take me on, que han sabido llevar a su terreno y que el público coreó con muchas ganas.

Lèpoka: cuando los músicos se divierten tanto como el público

Lèpoka e Incursed en Bilbao

El concierto de Lèpoka -grupo que era el plato fuerte de la noche, con el permiso de los excelentes Incursed- tuvo dos partes. Para los que contaban con la entrada Folkohólica, algo más cara que la normal, el grupo castellonense ofreció un breve concierto acústico previo que arrancó a las 20:45 h., antes de Incursed.

Apenas 20 o 30 personas asistimos a ese bolo acústico, que fue corto, pero excelente. El grupo saltó al escenario y, tras un rápido saludo, interpretó varios temas que después tocarían también en el concierto general: Dios está borracho, Brindo por verte, La misma habitación y Contra viento y marea.

Parecían estar pasándoselo genial -una impresión que confirmamos en el concierto posterior- y escucharlos de esa forma fue agradable, íntimo y, desde luego, una forma excelente de ir entrando en calor.

Pero el auténtico concierto de Lèpoka comenzó después del de Incursed, aproximadamente a las 23:10 h., ya con el escenario vestido con sus colores y su particular decoración, mucho humo y, por supuesto, un enorme barril de cerveza digno de ese Dios que, como ellos bien dicen, parece estar borracho.

Los chicos de Lèpoka empezaron el bolo con un nivel excepcional de energía, que mantuvieron durante las casi dos horas que estuvieron actuando. Si durante el acústico ya parecían estar pasándoselo muy bien, como decíamos, en el concierto real disfrutaron quizás incluso más que el público.

Muchos bailes, complicidad y risas mientras iban cayendo los temas esperados: de nuevo Dios está borracho, Brindo por verte, La misma habitación, El Dorado…

Al principio Lèpoka no dio respiro entre tema y tema, encadenando hasta tres de ellos seguidos, pero, pasado un rato de concierto, el vocalista Dani Nogués hizo una breve pausa para saludar al público y ofrecer un potente alegato en favor de la sanidad pública y la defensa de lo común, en general, que el público aplaudió hasta casi dejarse las manos.

En la recta final del concierto, Lèpoka continuó con una mezcla de temas recientes y clásicos: Seguimos en pie, la celebrada Contra viento y marea, Yo controlo… y, como colofón, un nuevo fragmento de Dios está borracho con el que cerraron el bolo.

En definitiva, fueron cuatro horas que se pasaron volando, lo que no es de sorprender con músicos de este nivel sobre el escenario. ¡Toda una experiencia!


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